viernes, 30 de marzo de 2012

La tierra es una boca hambrienta


















Hace más frío.
El otoño empieza a destemplar
un poco
el alma.
El paisaje va desnudándose
de a poco.
Desnudándome
de a poco.
No encuentro mi abrigo ni mis zapatos.
Ni al sol.
Mi corazón late bajito
y solitario.

Cae una hoja.

Luego
otra.

La tierra es una boca hambrienta.

Yo,
su presa.

Victoria Branca

miércoles, 28 de marzo de 2012

Libros peligrosos
















El gobierno Argentino acaba de darse cuenta de que leer es un acto peligroso.
Toda persona que intente traficar libros extranjeros y hacerlos entrar al país será sujeto de investigación y careo.
Es que un libro, aparentemente inofensivo, contiene altas dosis de plomo pesado y contaminante.
Es bien sabido que leer produce adicción y que cuanto más se lee más se desea leer y uno puede pasarse la noche en vela sin procurarse el descanso reparador necesario a toda persona que quiera mantener un equilibrado estado de salud. Pero habiendo tantas sustancias dañinas en el ambiente ¿era necesario agarrárselas con la más inofensiva?
Toda vez que un objeto sospechoso (léase libro) pretenda ingresar al país, será llevado sin escalas a un laboratorio de alta complejidad para ser sometido a revisaciones y test varios en busca de su secreta toxicidad. Con ello se pretende eliminar el uso indiscriminado de tintas, lacas y barnices non sanctos. Alivio deberíamos sentir quienes desde nuestra más tierna e ingenua infancia nos vamos a la cama con uno de esos ejemplares insalubres. O quienes albergamos en nuestras bibliotecas colecciones que pueden dañar seriamente nuestra salud y alterar nuestro buen juicio.
Gracias. Gracias. Gracias, señor Moreno, por defendernos y cuidarnos.
Y le propongo, desde mi estado convaleciente, construir un pabellón de alta complejidad a un costado de Ezeiza, para encerrar de por vida a estos objetos tóxicos y nefastos. Encadénelos. No, mejor ¡entiérrelos! Aunque si esto último pudiese generar un daño letal e irreversible a la madre tierra puede usted hacer una inmensa pira y quemarlos. Como en la Edad Media.
Ésta ignorante lectora, se lo agradecerá.

Victoria Branca

lunes, 26 de marzo de 2012

Veronique


















Me gustan los hombres. Siempre me gustaron. Todos.
Bueno, no todos. Me completan. Me encienden. Descubren partes mías que yo ni siquiera sabía que tenía.
Me hacen sentir mujer. Y yo los conecto con sus lados olvidados, como esa cara de la luna que se oculta. Soy como un faro, erguida en medio de la noche, que alumbra esos recónditos espacios que nadie se atreve a mirar. Eso les doy. Una especie de ofrenda sagrada que ellos atesoran de por vida.
Conocí muchos hombres. ¿Podría decir que ellos me conocieron a mí? No lo creo. El alma femenina es insondable. Como el océano. Al igual que las profundidades. Eso me gusta: ser un misterio; ser un tesoro escondido en el medio del mar.
Mis hombres se han adentrado en la hondura de mi femineidad pero no han permanecido allí lo suficiente. Los abismos los asustan. La oscuridad los ahuyenta. Les gusta que haya algo de luz, un haz intermitente de claridad, de lo contrario se perderían a sí mismos. Soltarían el control y ya no tendrían poder suficiente. Eso les aterra a mis hombres: perder el mando, someterse. Saberse manejados por una mujer les da pánico.
La madre es otra historia. Una vieja y repetida historia. Nadie puede reemplazar a ese útero caliente que les dió la vida. Pero ellos buscan sustitutas. Siempre están queriendo volver al vientre materno. El destete fue traumático y prematuro para ellos. Por eso mendigan amor sin pausa. Yo los veo como niños, a mis hombres. Como pequeños que buscan regresar al paraíso perdido. Y los amo como una madre. Los recibo sin regañarlos y los acuno entre mis pechos hasta que ellos se duermen. Ellos suspiran. Parecen fugitivos que finalmente han vuelto al hogar.
Son tiernos. Me gusta devolverles esa pureza perdida. A veces, hasta se animan a llorar. No los reprimo, dejo que sus lágrimas desciendan en libertad. Sólo les abro mis brazos para que vuelvan a sentir los latidos de un corazón de madre.
Se acurrucan entre mis pechos y yo les acaricio la cabeza mientras les digo en un susurro que todo está bien.
Así se duermen, rodeados de mi cariño. Pareciera que no descansaran desde hace siglos.
Me enternecen cuando por esos breves instantes sueltan el timón. Así nos hacemos a la mar, en perfecta comunión. El agua nos rodea y nos penetra. Nos eleva y nos sumerge.
Lloro.
Mi llanto, oculto en la oscuridad, se desliza por el torso desnudo de esos hombres que me embisten.
Que me aplastan.
Que no me miran a los ojos.
Que sólo buscan desahogar sus penas dentro de mí.
Que me aprietan la piel mientras pronuncian nombres que no son el mío.
Son brutos.
Torpes.
Insensibles.
Como ese gordo de piel rosada que me llamó "puta".
Un animal. Una bestia deforme.
Aunque le repetí mi nombre dos veces. Pero el seguía gimiendo.
Nunca me oyó.

Victoria Branca
Con los pies desnudos

sábado, 24 de marzo de 2012

Ese gran simulacro
















Cada vez que nos dan clases de amnesia
como si nunca hubieran existido los combustibles ojos del alma
o los labios de la pena huérfana
cada vez que nos dan clases de amnesia
y nos conminan a borrar la ebriedad del sufrimiento
me convenzo de que mi región no es la farándula de otros

en mi región hay calvarios de ausencia
muñones de porvenir/ arrabales de duelo
pero también candores de mosqueta
pianos que arrancan lágrimas
cadáveres que miran aún desde sus huertos
nostalgias inmóviles en un pozo de otoño
sentimientos insoportablemente actuales
que se niegan a morir allá en lo oscuro
el olvido está tan lleno de memoria que a veces no caben las remembranzas
y hay que tirar rencores por la borda
en el fondo el olvido es un gran simulacro
nadie sabe ni puede/ aunque quiera/ olvidar
un gran simulacro repleto de fantasmas
esos romeros que peregrinan por el olvido
como si fuese el camino de santiago

el día o la noche en que el olvido estalle
salte en pedazos o crepite/
los recuerdos atroces y los de maravilla
quebrarán los barrotes de fuego
arrastrarán por fin la verdad por el mundo
y esa verdad será que no hay olvido

Mario Benedetti

sábado, 17 de marzo de 2012

En silencio por duelo


















Y hasta que volvamos a encontrarnos,
que dios te guarde
en la palma de su mano.

jueves, 15 de marzo de 2012

En mi libreta dice...



















" Si no prestas atención a los tesoros que posees, estos te serán arrebatados" Clarissa P. Estés

"Debes elevarte sobre las nubes sombrías que cubren la montaña. Si no ¿cómo podrías jamás ver su brillo?" Ryokan

Soul is closer to movement than it is to fixity.

"Pity arrises from meeting pain with fear. Compassion comes when you meet it with love" Stephen Levine

Escribir es un oficio muy solitario.

"La energía fluye hacia donde va la atención" Principio chamán

"Enunciar la emoción para no actuarla" Celia

"En mi libreta hormigueaba un caos de garabatos contradictorios" Virginia Woolf

Victoria

martes, 13 de marzo de 2012

Escribí vos...


















Ponele un nombre.
Ubicala en alguna época y lugar del mundo (o de tu imaginación) y contanos qué le pasa.
Dale voz a través de tus palabras.
¿Te animás a escribir un breve relato?

Podés enviarlo a través de comentarios o a mi mail.
victoriabranca@hotmail.com

Se larga, oficialmente, el taller de escritura virtual.

¡Dale! ¿Qué estás esperando?

Ya escribieron y mandaron sus relatos Ximena, Flor, Alejandra, Chiquita, Moni, Esteban, Elisa, Ana María, Francisco, Rita, Magdalena, Bea, Valentina...
¡Date ánimo!

La pintura es de Carbonell

lunes, 12 de marzo de 2012

Sucumbí a la tentación. Otra vez.
















De nada sirvió haber archivado la segunda temporada completa ( que jamás superará a la inigualable primera)
Tampoco mi firme resolución de no empezar serie nueva alguna. (Está más que comprobado que pueden resultar adictivas).
Lo lamento por mi flojera emocional pero sí, sucumbí a la tentación otra vez.
Ayer a la tarde, cuando nadie merodeaba en los alrededores, puse play y me adentré sin prolegómenos en el vicio. Otra vez.
La musiquita pegadiza y breve. La imagen de esa onda plateada sintonizando y ajustando el latido expectante del corazón. El día y la hora impresos en la pantalla: lunes: 15 horas: tal....
Y el bello Doctor Paul Weston abriéndole la puerta al nuevo enviado del destino (o del demonio) que viene a desajustarle la existencia.
Listo. Lo confesé.
¿Se reduce la pena si uno confiesa aunque no esté para nada arrepentido?
No, no pienso dejar el mal hábito, padre.
¿Que por qué vengo entonces?
Para aliviar un poco el peso.
Déle, absuélvame un ratito. Todavía tengo tres discos más para ver.

Tercera temporada de INTREATMENT
Warning: ver esta serie produce adicción.
¡Archívese!

jueves, 8 de marzo de 2012

Hoy es el día


















Según el calendario de festejos y conmemoraciones hoy es el día de la mujer.
Sin entrar en las razones por las cuales se recuerda en este día al género femenino pienso en las diferentes circunstancias y escenarios en que pueda encontrar la fiesta (¿debería llamarla así?) a las mujeres.
Algunas vivirán este día como uno más.
Otras querrán vivirlo de manera especial.
A algunas las encontrará yendo a sus trabajos, criando hijos, cuidando a un ser querido enfermo...
A otras litigando, esperando, haciendo cola...
A unas manejando, creando, componiendo, descomponiéndose...
Habrá quienes no estén en el país o no estén para nadie.
Otras querrán juntarse en grupos y de a montones.
Unas irán a ponerse algo lindo o a la peluquería.
Otras, se quedarán como están queriendo estar distintas.
Y otras se mofaran de toda esta farsa de los festejos.
Unas se dejarán llevar por la corriente sin cuestionamientos.
Otras lo cuestionarán todo y a todos.
Para mí no es un día más importante que otros. Pero celebro la existencia de ciertas mujeres en mi vida que la enriquecen y la inspiran.
Hoy pienso ocuparme de asuntos cotidianos y hacer cosas comunes.
Pero quién sabe, tal vez en el camino me detenga a regalarme algo y me halague especialmente.

martes, 6 de marzo de 2012

Vincent















Tal vez defina más a una persona lo que no se sabe de ella que lo que se cree conocer.
Vincent es un pintor genial. Es, digo, porque su arte lo hizo trascender los límites de la muerte y el castigo del olvido.
Muchos se jactan de conocer en profundidad sus obras, su estilo, su gran talento, pero pocos llegaron a conocer el corazón de aquél joven tímido que solía perderse en medio del campo buscando bichos y observando los árboles en detalle.
En aquellas escapadas del hogar paterno hacia el refugio silencioso que le ofrendaba la naturaleza, Vincent fue preparándose, sin saberlo tal vez, para plasmar en lienzos y telas todo ese mundo interior que lo embargaba.
Dejó su Holanda natal para trabajar en anticuarios de Londres y París.
A las mujeres de la aristocracia parisina le desagradan su torpeza y rusticidad. Era un inadaptado.
Las cartas que se escribiera con su hermano Théo muestran al pintor escritor. Al hombre reservado y melancólico, abrumado muchas veces por la angustia, que encuentra en la hoja en blanco (prima cercana del lienzo inmaculado) una compuerta para salir por un rato del cautiverio.
La introversión suele caer en un rango menor que el que ocupa con todo su peso la popular extroversión. Se es más exitoso y rico moviéndose hacia afuera, girando en las órbitas donde se codean poderosos e influyentes. Donde se dice lo que hay que decir y se murmura por detrás. A espaldas de los buenos modales y los apretones de manos correctos.
Vincent era un incomprendido. Un inadaptado social. Un ser oscuro y angustiado.
Era...
Hoy es un pintor genial que vale millones. Que cotiza en bolsa y viaja en primera clase. Que adorna paredes de terciopelo y duerme en palacios. Que vende libros, películas, oasis y souvenirs.
Vincent no ha muerto.
Sólo murió su versión interior.

Victoria Branca

sábado, 3 de marzo de 2012

Acerca de la Inteligencia


















La revista Newsweek de esta semana trae una nota interesante acerca de las maneras en que uno puede desarrollar mejor la inteligencia.
Sigue siendo tema de investigación y debate lo que hace a algunos más inteligentes que a otros. Se sabe que el famoso coeficiente intelectual ya no es tan determinante. También, que es más conveniente hablar en plural, cuando nos referimos a ella, (hay inteligencias múltiples (Howard Gardner) más que una gran y venerada INTELIGENCIA).
Parece que hay maneras precisas de incrementar esta capacidad que nos eleva por encima del mundo animal y nos hace superiores (por más que sea la capacidad de reflexión lo que nos separa definitivamente de otras especies)
Según la Newsweek, existen 31 maneras de volverse más inteligente. Algunas de ellas: resolver crucigramas. Jugar con las palabras parece influir positivamente en la estimulación del cerebro y reduce el riesgo de padecer demencia senil.
Aprender un idioma. Dominar una segunda lengua entrena la corteza prefrontal que interviene en el proceso de tomar decisiones. Abrirse a otras ideas. Rigidizarse en las propias posturas limita nuestra expansión. Escuchar otras voces amplía nuestros horizontes y nos ayuda a hacer nuevas conexiones cerebrales.
Soñar despierto. Dejar vagar a la mente sin rumbo fijo en un estado de ensoñación permite que el cerebro procese información importante.
Tocar un instrumento. Al parecer refuerza el coeficiente intelectual y aumenta la actividad en las partes del cerebro que controlan la memoria y la coordinación.
Comer chocolate negro. (¡Ésta me encantó!) parece que tiene flavonoides que mejoran la memoria.
Dormir bien. Al contrario de la creencia popular, dormir la siesta no es de vagos sino que mejora notablemente la eficacia y performance durante la jornada laboral.
Leer. (¿Hace falta explicar algo?)
Hay más recomendaciones y vale la pena leer la nota completa así que les recomiendo conseguir un ejemplar o buscarla en la página web.

Nota de la redacción: La foto que ilustra este post es del libro "El gorila invisible" relacionado con el tema de la inteligencia (trata de las percepciones y la intuición) que será motivo de opinión en otro post.

Victoria Branca

viernes, 2 de marzo de 2012

La Estantería

















Deberían estar separados por temas. Relevantes, de menor relevancia, triviales, insignificantes...
Ordenados cronológicamente.
Los hechos más recientes no hace falta que estén a la vista, los más lejanos sí. Podrían desaparecer de mi memoria para siempre.
Los puntos y las comas se revisan después. La intensidad, no.
Las fotos alusivas hay que enmarcarlas. O dejarlas apoyadas a un costado.
Mejor sin música.
Pero el silencio puede ser fatal.
¿O acaso los hechos se sucedieron como en una película muda?
No importa. Que haya o no haya música no debe importarme ahora.
Limpiar el teclado.
Comprar pilas.
Tomar coraje.
¿Dónde lo dejé?
¿Dónde nos perdimos de vista?
Tranquilidad en el orden... o intranquila en el desorden.
¿Y en el medio?
Mi voz no es la única. Ni la más importante.
Sabelo.
Falta limpiar el tercer estante.
Hay polvillo.
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