viernes, 30 de abril de 2010

La pequeña llama













Yo siento por la luz un amor de salvaje.
Cada pequeña llama me encanta y sobrecoge.
¿No será, cada lumbre, un cáliz que recoge
el calor de las almas que pasan en su viaje?

Hay unas pequeñitas, azules, temblorosas,
lo mismo que las almas taciturnas y buenas.
Hay otras casi blancas: fulgores de azucenas.
Hay otras casi rojas: espíritus de rosas.

Yo respeto y adoro la luz como si fuera
una cosa que vive, que siente, que medita,
un ser que nos contempla transformado en hoguera.

Así, cuando yo muera, he de ser a tu lado
una pequeña llama de dulzura infinita
para tus largas noches de amante desolado.

Juana de Ibarbourou

1 comentario:

BEA dijo...

Me gustò! y quiero esa "llamita de
dulzura"...para todos los dìas de mi vida!!!

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

Un arma poderosa

Un arma poderosa